En un artículo recientemente publicado (Vázquez y Lois, 2020) analizamos el prejuicio clasista, un tipo de prejuicio poco estudiado por los psicólogos sociales a diferencia de otros como el racial. En particular, nos centramos en un grupo de la clase trabajadora, las chonis, sobre las que frecuentemente circulan comentarios negativos. Lo curioso del prejuicio clasista es que apenas conlleva sanciones sociales. Uno puede decir tranquilamente que "Las chonis son unas descerebradas" y seguramente nadie sancionaría tal afirmación. Si sustituyéramos la palabra "chonis" por "mujeres", probablemente las reacciones de la audiencia serían diferentes. Los resultados de cinco experimentos indican que la mera apariencia física puede llevar a las personas a categorizar a alguien como choni y, en consecuencia, a reducir la atribución de competencia y moralidad, la admiración hacia a ella y la probabilidad de seleccionarla para un trabajo en equipo e incluso para un puesto de trabajo. Si quieres ver más detalles, puedes descargar el documento en la sección de Publicaciones.